LA AUTOPRODUCCIÓN DE LA SOCIEDAD

La autoproducción de la sociedad

Alejandro Reyes Posada

Alejandro Reyes Posada

12 de junio de 2023 – 09:05 p. m.

 El Espectador

Cada sociedad se produce a sí misma siguiendo sus grandes orientaciones culturales y resolviendo sus conflictos sociales. La sociedad es una creación colectiva y la capacidad para transformarse difiere entre las distintas sociedades según su grado de historicidad, es decir, su capacidad de cambiar conscientemente según nuevas orientaciones culturales y conforme a las maneras como resuelvan sus grandes conflictos sociales.

Las orientaciones culturales se definen según la episteme o modelo de conocimiento, el modelo económico o de inversión, y el modelo ético que depende de la concepción del sujeto. En una sociedad agraria, por ejemplo, prevalece el conocimiento tradicional sobre cultivos y ganadería, la riqueza se mide en tierras y rebaños, y la ética justifica la diferencia entre propietarios y campesinos sin tierra. En la sociedad industrial, la ciencia define el modelo de conocimiento, la inversión se concentra en la empresa, sea capitalista o estatal, que acumula los medios de producción, y la ética se identifica con la ganancia, que segrega a ricos y pobres, ganadores y perdedores.

Los conflictos sociales oponen a grupos que coinciden con las grandes orientaciones culturales de la sociedad, pero difieren sobre la distribución de costos y beneficios de la relación, como sería el caso de empresarios y trabajadores, terratenientes y campesinos, privilegiados y excluidos. Los movimientos sociales reúnen a quienes quieren cambiar su posición relativa en las grandes relaciones de la sociedad, como son los casos del movimiento obrero, los movimientos campesinos y étnicos, el movimiento estudiantil, que se enfrentan a las estructuras de poder establecidas cuyos voceros se oponen a los cambios sociales para defender sus posiciones.

Las anteriores son las ideas principales que sirvieron al sociólogo francés Alain Touraine, quien murió la semana pasada a los 97 años, para marcar su huella en el pensamiento social contemporáneo.

Si se mira a Colombia con sus ideas, es claro que el triunfo de Gustavo Petro representa un movimiento social que busca cambiar parcialmente las grandes orientaciones culturales que jalonan la autoproducción de la sociedad colombiana: la episteme o modelo de conocimiento, para extender la ciencia hacia el pueblo, como recurso común de libre acceso; que también quiere ajustar el modelo de inversión hacia la superación de los combustibles fósiles y la industrialización de la economía popular del campo y las ciudades; y que trae una nueva ética de reconocimiento de la dignidad de los humildes y excluidos, para superar el clasismo y el racismo, de la mano con Francia Márquez. Petro ha tenido éxito en señalar la agenda de los grandes cambios culturales, pero no ha sabido enfrentar los conflictos sociales que justifican y provocan estos cambios.

Petro, y en esto lo acompaña el país, debe vencer a las mafias armadas del multicrimen, debe ser capaz de superar la resistencia de los gremios a las reformas sociales y debe mover las capacidades de ejecución de las instituciones, que parecen paralizadas ante el ruido que generan las disputas ideológicas y las rencillas de cocina de su círculo de poder. Solo así podrá navegar con éxito la ola de expectativas y frustraciones de su ascenso al poder y evitar su caída, que sería un retroceso en la autoproducción de la sociedad colombiana. El presidente, que lidera los debates de fondo, debe dotarse de un eficiente aparato de coordinación y ejecución de políticas públicas en la oficina de la Presidencia, para que cada palabra de los discursos se convierta en hechos de gobierno que transformen la vida de la población. El poder se escurre por la grieta que se abre cuando difieren las palabras y los hechos.

Acerca de Alejandro Reyes Posada

Abogado y sociólogo. Investigador de asuntos agrarios y de tierras desde 1968. Asesor del ministro de agricultura Juan Camilo Restrepo y de la delegación del gobierno en la negociación del punto agrario de las conversaciones de paz con las Farc en La Habana entre octubre de 2012 y mayo de 2013. Actualmente soy consultor e investigador independiente.
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